En momentos de urgencia, la arquitectura modular y la construcción prefabricada se convierten en herramientas fundamentales para hacer frente a las necesidades permitiendo la construcción rápida de nuevos espacios como hospitales, ambulatorios, colegios, institutos, etc.

En la actualidad estamos viviendo una crisis sanitaria global, a raíz de la COVID 19, que ha generado necesidades urgentes, como la construcción de espacios sanitarios vinculados a la atención de pacientes, imprescindible para la contención de la crisis. Hemos visto este escenario en China, en España y en prácticamente todos los países castigados por el coronavirus.

Es precisamente en estos casos cuando la construcción industrializada gano mayor valor, debido a su capacidad para ahorrar tiempo y poder intervenir de forma urgente cuando se hace necesario.

La construcción industrializada tiene la ventaja de que los componentes estructurales se fabrican en las fábricas y desde ahí se transportan y se pueden ubicar en prácticamente cualquier emplazamiento. Es un sistema que se puede adaptar a las necesidades del cliente, lo que lo convierte en una alternativa idónea para momentos de emergencia. Por ejemplo, los módulos pueden incluir materiales de revestimiento escogidos para una desinfección total que ayude a la prevención de contagios en caso de hospitales, salas de triaje o espacios medicalizados de apoyo.

Asimismo, gracias a la arquitectura modular, también se puede dar apoyo a hospitales o centros de salud construyendo espacios anexos. Los módulos se pueden colocar junto a los edificios principales, siendo una solución de reorganización espacial temporal o permanente.

El auge de las casas prefabricadas tras la crisis del Covid-19

Cabe destacar que no solo por construcciones de urgencia ha aumentado la demanda de la construcción industrializada, sino que expertos del sector coinciden al afirmar que el interés por la adquisición de viviendas prefabricadas se ha visto incrementado desde el inicio del confinamiento.

Esto se debe, especialmente a familias que buscan cambios en su estilo de vida y que se interesan por comprar una vivienda unifamiliar nueva a un precio más asequible. Haber estado “encerrados” durante tanto tiempo hizo a muchas personas sentir que sus casas no eran suficientemente amplias, además, también aumentó el interés por vivir en zonas más amplias, como el campo o la montaña.

En este momento, la reducción de los plazos de entregada debido a la construcción industrializada se valora especialmente para poder disfrutar de la nueva vivienda cuanto antes.