A pesar de que el sector de la construcción puede parecer uniforme, existen diferentes técnicas y sistemas constructivos que ofrecen diversas características y posibilidades. En término generales, una de las clasificaciones más comunes diferencia entre construcción húmeda y construcción en seco.

La principal diferencia es que la construcción húmeda, la tradicional, emplea conglomerantes húmedos, como morteros u hormigones, mientras que la construcción en seco, no requiere del uso de agua. La unión entre las piezas se realiza únicamente mediante fijaciones mecánicas o químicas. Ofrece las mismas prestaciones que la húmeda y se usa con las mismas finalidades.

El término construcción en seco se deriva del concepto Drywall, muro seco en inglés. Si algo caracteriza esta técnica es que es un modelo de construcción abierto, las uniones se resuelven mediante fijaciones que facilitan tanto el montaje como el desmontaje de los elementos que configuran el edificio.

Dentro de la construcción en seco, el Steel framing es uno de los sistemas más conocidos. Se trata de un sistema de construcción que emplea perfiles de acero galvanizado como elementos estructurales. Se utiliza para la construcción de estructuras portantes en viviendas, cerramientos exteriores o entre pisos, entre otros usos.

La construcción en seco ofrece numerosos beneficios, como por ejemplo una gran reducción de los tiempos y los costes de la obra.

Ventajas de la construcción en seco frente a la construcción tradicional

Como hemos avanzado, los tiempos de ejecución son más cortos. Los materiales de construcción en seco nos brindan la posibilidad de efectuar montajes más rápidos, dado que se prescinde de los tiempos de fragüe y mezcla de los materiales húmedos. Una obra en steel framing puede realizarse hasta un 60% más rápido que una en ladrillos.

Además, en la construcción en seco, frente a la construcción tradicional, apenas hay desperdicio de materiales de construcción. Los componentes y las medidas se conocen desde la etapa proyectual y, además, no se requiere picar, por lo que no se generan escombros.

La construcción en seco ofrece mayor eficiencia energética que los sistemas tradicionales. La composición en capas de este tipo de construcción facilita la colocación de aislantes térmicos entre los perfiles metálicos, pudiendo alcanzar mayor eficiencia energética.

Por otra parte, cabe destacar que el impacto ambiental es también mucho menor. La producción de hormigón genera casi un 10% de las emisiones globales de CO2. Sin embargo, la construcción en seco ofrece una gran disminución de la polución, menor desperdicio de materiales y un menor impacto ambiental que el sistema de ladrillos.